Michele Antonio Rapos (Turín 1733-1819) Par de pinturas que representan naturalezas muertas con composición de frutas Óleo sobre lienzo, cm H 27 x L 36; marco cm H 37 x L 46 x P 3 Precio: negociación reservada Objeto acompañado de certificado de autenticidad y peritaje (adjunto al final de la página) Los dos lienzos de bella factura representan dos naturalezas muertas compuestas por composiciones de frutas. Las pinturas se caracterizan por una paleta cromática basada en colores fríos, ferrosos, predominantemente gris-azulados y violáceos. El fondo oscuro e inmerso en la sombra sirve de telón de fondo, resaltando las composiciones. La fruta está colocada al aire libre, en el lienzo de la derecha apoyada sobre una superficie de piedra, en el otro dispuesta sobre una bandeja metálica junto con algunas rosas y un clavel rojo que se vislumbra al fondo. Las composiciones, muy agradables y decorativas, se atribuyen al ilustre pintor de naturalezas muertas piamontés Michele Antonio Rapos (o Rapous como se escribe más tradicionalmente), realizadas en su plena madurez artística. Rapos fue ciertamente el mejor autor de naturalezas muertas en Piamonte entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Muy apreciado por la corte de Saboya y la nobleza local, el artista está presente en las principales residencias de la corte y en numerosos palacios y castillos privados en todo Piamonte. Michele Antonio Rapos nace en Turín en 1733 y muere allí en 1819. Hermano de Vittorio Amedeo, también importante pintor de corte, se especializa en el género de las naturalezas muertas obteniendo éxito en la corte de Saboya, de la cual recibe encargos para la Reggia di Venaria Reale, de Stupinigi, para el Palazzo Reale de Turín. Las naturalezas muertas de Rapos poseen características particulares que las hacen fácilmente identificables. El pintor interpreta el gusto rococó piamontés con gracia y ligereza decorativa, manifestando conocer a los pintores de naturalezas muertas franceses del siglo XVIII. Las obras aquí presentadas pertenecen a la producción más intimista del artista, el cual pinta muchos lienzos de estructura similar destinados a un coleccionismo privado que amaba adornar las residencias colinarias turinesas, en las que pasaba las vacaciones de verano, con cuadros de temas amenos y agradables. Los cuadros se presentan dentro de marcos de madera tallada y dorada contemporáneos.
Época: Segunda mitad del siglo XVIII