Francesco Lavagna (Nápoles 1684-1724), Fastuosa naturaleza muerta con composición de flores, sandía, vajilla y jardín al fondo Óleo sobre lienzo. Medidas: MARCO: cm 175,5 X 187,5 X 7,5; LIENZO cm 159 X 171 Precio: negociación reservada Objeto acompañado de certificado de autenticidad El valioso e imponente cuadro, acompañado de un marco de madera tallada y dorada, representa una suntuosa composición de flores insertada en un elegante ambiente al aire libre. Es obra de Francesco Lavagna, uno de los protagonistas más conocidos de la naturaleza muerta napolitana de principios del siglo XVIII, y documenta las cualidades expresivas del pintor, capaz de realizar con vivacidad complejas composiciones de gran efecto decorativo y característico gusto rococó, mostrando además una excelsa sensibilidad cromática. El lienzo, de grandes dimensiones, muestra diversos elementos arquitectónicos combinados entre sí y yuxtapuestos a una balaustrada de piedra sobre la que se coloca un gran jarrón en tono ocre repleto de una composición de flores. Otras flores reposan sobre el muro y se extienden sobre los elementos pétreos. En el suelo, diversos objetos de vajilla, tales como un cuenco y un plato de cerámica, una cesta de mimbre, un jarrón rojo y uno de cristal transparente y pasta de vidrio, y un gran jarrón rococó también están adornados con flores espléndidamente entonadas entre sí por tipología y cromía. Característica del pintor es la inclusión de una sandía cortada por la mitad, cuyo vivo color se coordina con la paleta utilizada. En primer plano a la izquierda, una porción de roca está insertada por el artista para aumentar la profundidad del cuadro. El fondo deja espacio a la descripción de un paisaje al aire libre, con prados, elementos rocosos y altos fustes que sirven de telón de fondo a la escena. Un cielo azul, marcado por algunas nubes vaporosas, hace que la composición sea aireada y espaciosa. De clara pertenencia a la escuela napolitana, el lienzo muestra indiscutibles analogías con las otras obras del pintor Francesco Lavagna (1684-1724). El setecientos napolitano, en el campo de la naturaleza muerta, es muy apreciado y buscado hoy tanto por el mercado anticuario como por la crítica. Este tipo de cuadros fue muy solicitado en el pasado por los grandes coleccionistas y comitentes, nobles y ricos burgueses, para amueblar los más bellos palacios de Nápoles y alrededores. El lienzo documenta muy bien las cualidades expresivas de Francesco Lavagna, capaz de realizar obras nunca banales e imbuidas de una capacidad descriptiva, de notable impacto visual, en la representación de los efectos de luz, color y materia, caracterizadas por una pincelada fina y minuciosa.
Época: A principios del siglo XVIII




