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Pareja de moros candelabros en madera tallada lacada y dorada, Sicilia, principios del siglo XIX Medidas: cm H 164 x P 50 x L 50 Precio: negociación reservada Objeto acompañado de nuestro certificado de autenticidad Esta pareja de esculturas de madera tallada y dorada con forma de moros candelabros fue realizada en Sicilia a principios del siglo XIX. Sobre una base de madera esculpida y lacada simulando un complejo rocoso, se alzan dos moros similares y vagamente especulares, que sostienen con un brazo cornucopias candelabros. Las dos figuras visten zapatos y una armadura con faldilla que parece moverse gracias a la posición de las piernas, ligeramente dobladas. Una figura sostiene la cornucopia con la mano derecha en la base y con la izquierda la ofrece hacia arriba, manteniendo la mirada al frente, girando solo ligeramente la cabeza hacia su izquierda. La otra, en cambio, tiene el brazo izquierdo suavemente a lo largo del costado mientras que con el derecho levanta el candelabro y vuelve la mirada hacia arriba. Los cuerpos de las figuras, así como los ojos y los labios, pero también la escultura de las rocas, están lacados, mientras que algunas partes, como los zapatos, las faldillas, los dobladillos de las mangas y las cornucopias están en plata meca, simulando el oro. La armadura que viste el busto está, en cambio, dorada, cincelada y adornada con elementos en relieve en laca roja que simulan decoraciones en coral. El dorado de la madera a la Meca es un tipo de dorado realizado sobre hoja de plata para que esta adquiera el aspecto y la preciosidad de la hoja de oro. La Meca es un barniz de receta antigua que se guardaba celosamente en los talleres. Prevé el uso de goma sandáraca y goma guta en alcohol, sangre de dragón y otros ingredientes que, en mezcla entre ellos, contribuyen a los diferentes elementos cromáticos de la Meca. La pareja de esculturas es muy decorativa y de notable calidad artística. Los dos candelabros pueden colocarse uno al lado del otro, intercalados con otros muebles, o presentarse individualmente, incluso en el centro de cada ambiente. Pueden proponerse, de hecho, en entradas y pasillos, salones y estudios, dormitorios, tanto junto a muebles antiguos como modernos. Su tamaño permite colocarlos en el suelo, o si se desea, en escaleras en posición ligeramente elevada. Además, es posible, electrificándolos y añadiendo pantallas, transformarlos en lámparas. En breve se realizará una restauración conservadora.
Época: Segunda mitad del siglo XVIII